Desde el momento en el que el tiempo se convirtió en oro, las vacaciones han sido sinónimo de desconexión. Pero todos sabemos que eso no siempre es posible en los tiempos que corren, sobretodo desde que la tecnología nos acompaña a cualquier rincón del mundo en el que uno se pretenda esconder. Los desarrollos tecnológicos en movilidad han sido, sin duda, una gran revolución para el mundo de los negocios, pero hay que saber, como mínimo, no abusar de ello en vacaciones para no provocar o agravar los síntomas del estrés.
La Real Academia Española define “urgencia”, en su segunda acepción, como la “necesidad o falta apremiante de lo que es menester para algún negocio”. Si durante las vacaciones surge alguna “urgencia” relacionada con su empresa (asegúrese de que el asunto merece ese calificativo para evitar seguir trabajando en vacaciones), la tecnología le permitirá en muchos casos resolver ese problema totalmente desde su lugar de descanso.
El propio concepto de ordenador portátil ya responde a esta filosofía de trabajar desde cualquier lugar, si bien estos ordenadores han ido evolucionando mucho para adaptarse a las necesidades del teletrabajo a través de la integración de la tecnología 3G. Toshiba, por ejemplo, cuenta con distintos modelos que cubren los diferentes segmentos de usuarios que demandan esta tecnología en sus equipos, con una de las velocidades más altas de transmisión de datos disponibles actualmente, 3,6 Mbps. El usuario puede escoger, además, el operador de servicios 3G.
El Tecra M9 de Toshiba es un equipo especialmente pensado para pymes y para empresas que necesiten cubrir las necesidades de movilidad de ciertos departamentos. El peso es, sin duda, un elemento esencial a tener en cuenta en estos equipos portátiles, por lo que la compañía japonesa cuenta en su portfolio con el Portégé R500, con menos de 1 kilo de peso. Por su parte, el Portégé R400 incorpora una pequeña pantalla externa que actualiza constantemente el correo electrónico y la agenda sin necesidad de abrir el equipo.
Los teléfonos inteligentes también pueden dar solución a esos imprevistos que surgen en pleno agosto. Con soluciones como los smartphones de Blackberry o Palm se puede tener acceso a correo electrónico, Internet, mensajería agenda e incluso a documentos de la empresa.
Molestar lo menos posible
Esta necesidad que parece imponer la sociedad y el entorno empresarial de estar permanentemente hiperconectado puede, sin embargo, pasar factura. De hecho, hoy muchos directivos piensan antes en su empresa que en ellos mismos a la hora de escoger su periodo vacacional.
Según el último barómetro de EAE-Noticias.com la mayoría de los directivos españoles prefiere fragmentar sus vacaciones en tres veces a lo largo del año, no solo por gusto, sino porque de esa forma consideran que perjudican menos el desarrollo de la empresa. De hecho, directivos el 78,3% de los encuestados considera que el disfrute de las vacaciones divididas en fracciones a lo largo del año es la opción que menos perjudica. Además, para el 60,9% de ellos opina que distorsiona menos si se distribuyen la mitad de las vacaciones en verano y el resto repartidas entre el período de Navidad y el de Semana Santa.
El problema, dicen los expertos, es que una vez de vacaciones tampoco logran desconectar. Según un estudio de Monster, seis de cada diez españoles no lo consigue y sigue trabajando en sus vacaciones. Es más, el 32% de los trabajadores españoles asegura que nunca deja de trabajar, mientras que el 28% dice que ocasionalmente revisa correos electrónicos y mensajes telefónicos.
Trabajar en vacaciones es como no hacerlas
Lo que muestra los datos es precisamente lo que recomiendan evitar los expertos. “Las consecuencias a nivel psicológico de no desconectar son las mismas que si no se hicieran vacaciones”, advierte Mª José Gómez, psicóloga laboral de la mutua Egarsat. A saber: dolor de cabeza, irritabilidad, problemas de sueño, cansancio…
Miquel Bonet, consejero de Select y autor del libro “¡Qué estrés!”, recuerda que “la persona que resuelve cosas desde lejos no está trabajando, el teletrabajo es otra cosa”, porque, sin duda, “no por estar más conectados vamos a ser más productivos”.
De forma gradual
Desde Egarsat, Mª José Gómez ha detectado, a pesar de no existir un estudio científico, que en los periodos previos y posteriores a las vacaciones se multiplican los accidentes que se producen “por despistes y por estrés”. La clave está en hacer las cosas de manera gradual.
Así, si durante el periodo previo a las vacaciones llevamos un ritmo de trabajo muy intenso, durante los primeros días de descanso habrá que ir desacelerando el ritmo poco a poco, realizando incluso alguna pequeña tarea laboral, pero evitando siempre dejar todo el trabajo de golpe. Cuando se acerque la vuelta al trabajo, lo mejor es precisamente lo contrario: puede ayudar ir poniendo el despertador cada vez más temprano durante los últimos días de vacaciones e ir planificando ya algunas tareas en nuestra agenda.
Lucas Garrido (corresponsal en tuvalú)
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